¿De verdad queremos pasar casi 4 años de nuestra vida pendientes del móvil?
Es un hecho: cada vez pasamos más tiempo en Internet. Nos guste o no, nuestras vidas están saturadas de información. No nos dejan de llegar datos. De todos sitios. Y, de forma paralela, cada vez hay más personas intentan desconectarse.
El estrés, la fatiga, la estigmatización por “no existir” si no estás conectado, el temor a la pérdida de privacidad y al control social masivo, la precariedad laboral y el empobrecimiento de las relaciones personales y profesionales son algunos de los problemas actuales provocados por el fenómeno always on (siempre y en todas partes navegando por la red) o de la hiperconectividad.
Si tú también, has olvidado cómo era la vida sin Google en el bolsillo, si deseas establecer límites con el fin de no estar constantemente disponible, si sientes la necesidad de desconectar disfrutando de la naturaleza, lee este post y cuéntame tu relación con la tecnología.
Evento realizado con Naomad: Caminata, Yoga & Comida
La necesidad de desconectar para volver a conectar
I) ¿Por qué desconectar?
La propia ciencia nos demuestra los beneficios de desconectar literal y metafóricamente.
Ritmos circadianos
La exposición a la luz azul durante el día nos ayuda a mantener un ritmo circadiano saludable, el ciclo natural de nuestro cuerpo de sueño y vigilia. No obstante, un exceso de luz azul proveniente de las pantallas de nuestros dispositivos puede alterar nuestros niveles de melatonina, rompiendo nuestro ciclo del sueño y provocando insomnio y cansancio. Está demostrado que la luz azul que desprenden los aparatos electrónicos perturba el descanso, especialmente cuando es lo último que vemos antes de dormir o, peor aún, cuando se mantienen encendidos después de caer dormidos.
No solo nuestros cerebros están saturados; nuestros cuerpos también sufren. ¿Te ha dolido alguna vez el cuello después de pasarte horas delante de una pantalla? ¿Has tenido fatiga ocular? Es hora de que interpretemos las señales que nos da nuestro cuerpo.
Dopamina
Además de la tensión física en nuestros ojos por pasar demasiado tiempo frente a la pantalla, estamos preparados para apreciar la conectividad y la interacción social que nos ofrece la tecnología. Nuestros cerebros liberan dopamina en respuesta a la aprobación social (como en una imagen de Instagram), pero la falta de la misma sustancia química (es decir, la falta de notificaciones) conduce a niveles mayores de estrés. Es por eso que buscamos nuestro teléfono cada pocos minutos después de enviar un mensaje. Tenemos una necesidad básica de estar conectados y gustar.
La propia ciencia nos demuestra los beneficios de desconectar literal y metafóricamente.
Capacidad de concentración y de planificación
Según un estudio llevado a cabo por Microsoft, la capacidad de concentración del ser humano ha pasado de 12 a 8 segundos en diez años. ¿La causa? La omnipresencia de las pantallas.
El uso de Internet afecta además a algunas partes del cerebro prefrontal asociadas al recuerdo de detalles y a la capacidad de planificar y jerarquizar las tareas, lo que nos incapacita para establecer prioridades en nuestra vida. La consecuencia es que pasar tiempo en línea se vuelve prioritario, y los quehaceres de la vida cotidiana ocupan un segundo plano.
Bienestar físico y emocional
En Internet, tratamos de establecer una relación con el otro y con el mundo. Nos conectamos con los demás, pero nos conectamos mal. La doctora Hilarie Cash considera que el elemento que falta es la resonancia límbica, que solo puede producirse cuando dos seres están en presencia física uno del otro. La resonancia límbica es un intercambio energético que libera, en la parte límbica del cerebro, componentes químicos esenciales para el bienestar físico y emocional.
El movimiento en favor de la slow technology (filosofía de la desconexión) responde precisamente a la necesidad de adoptar un enfoque racional de nuestro consumo digital.
NATUVA Experiencia propone retiros de digital detox (desintoxicación digital) y escapadas a la naturaleza dejando el móvil apagado. Consulta nuestra agenda y reserva tu plaza.
Hay trucos y consejos que se pueden poner en práctica desde ya para restablecer un equilibrio en nuestra relación con el mundo numérico.
Personalmente, no tuve un móvil “conectado” hasta el 2019 (sí, muy tarde ;-). Ahora que estoy más conectada, intento mantenerme alerta poniendo el móvil en modo avión cuando quiero redactar algo, un post en este blog por ejemplo, o no mirar el smartphone después de cierta hora y, al día siguiente, volver a encenderlo cuando lo deseo. Y de vez en cuando, me encanta ¡apagarlo del todo!
Evento realizado con Naomad: Caminata, Yoga & Comida
Yoga & Caminata “secreta”
II) ¿Cómo empezar una desintoxicación digital en la naturaleza?
Desde NATUVA Experiencia, nos gusta utilizar diferentes tipos de herramientas – el Yoga, el silencio, una celebración, una caminata – para que nuestros invitados experimenten una real desconexión y que reconecten con el ritmo de la naturaleza.
A través de experiencias sensibles e inmersivas, NATUVA es
- una invitación a vivir de manera consciente y activa, a explorar tus instintos, a sentir el cuerpo y compartir en la naturaleza,
- un tiempo de desconexión de la ciudad, una escapada de las redes sociales, del estrés y de las preocupaciones,
- un momento para enraizarte, sentirte ligero, recuperar tus intuiciones, encontrar un equilibrio y disfrutar del contacto profundo con la naturaleza,
- una experiencia inmersiva donde contemplar la belleza del mundo que nos rodea, explorar, disfrutar del silencio y celebrar la vida.
Para más información, consulta nuestra web.
Y si quieres pasar a la práctica, te invitamos a consultar el post ¿Cómo y por qué desconectar de las redes? Los beneficios de hacer un “detox” digital.